Confieso que crear una marca de tijeras profesionales para estilistas,o mejor dicho artistas de la imagen,no era mi sueño de infancia – yo quería ser futbolista – pero ahora no podría prescindir de ella.

Al principio, no era más que un muchacho joven que admira a su padre y quiere trabajar con él en el negocio familiar de venta de instrumentos dentales.

Para mi asombro, papá no me quiere: ‘Ve primero al taller, pero no aquí, tendrías un trato preferente y no aprenderías nada. Te he encontrado un lugar en la empresa de un colega, hace piezas de mano como nosotros’.

Y ahí es donde empieza todo.

Tengo que llevar fresas dentales a los consultorios de los dentistas piamonteses y, para un muchacho de 18 años, te aseguro que no es fácil que te tomen en serio.

No cuento cuantas puertas cerradas en la cara, y decid dejarlo.

Al final, aguanto sólo para probar la primera lección profesional que me da mi padre:

No vendas un producto, aporta soluciones a los problemas”.

En realidad estoy enojado porque no me acogió y quiero demostrarle que se equivocó y que podría haberme mantenido en la empresa y haberme ayudado un poco.

Así que visito varias empresas sin vender nada, solo para entender los problemas de los profesionales.

Todos están dispuestos a dedicar tiempo a quienes sólo quieren entender algo de ellos sin pedir nada, hoy en día es raro que nos escuchen sólo por el deseo de entendernos.

Esta es la segunda lección que aprendí:

Las herramientas de cortecomo las piezas de mano, deben ser rápidas, precisas e durar en el tiempo.

Esto es lo que quiere un profesional.

Desde entonces ofrezco solo piezas de mano de este tipo, obviamente de gama alta, y me han apreciado…

Tanto que creé mi propia empresa: Pendragon.

Seré breve, porque no quiero aburriros, y me saltaré algunas peripecias que me llevan a México y a abrir también un nuevo mercado.

Un día, en la estética, veo que al profesional le duele la mano y le pregunto por qué no se la trata.

‘Ay amigo, ya la tengo muy lastimada… Demasiados años usando tijeras no adecuadas para mi mano’.

Y recuerdo las palabras de papá: Tengo que llenar esa necesidad.

Después de todo, conozco bastante bien las herramientas de corte, sin duda tengo que ponerme al día porque las piezas de mano y las tijeras son diferentes, pero por qué no intentarlo.

Así nació Lujuria,
tijeras de calidad superior que garantizo: